martes, 19 de noviembre de 2013

LA "MALDICIÓN" DE LOLA FLORES

 "Llorarás el resto de tu vida, lo mismo que estás haciendo llorar a mi hija; nunca serás feliz con un hombre".

 La frase se le atribuye a la gran Lola, y según las "viperinas" iba dirigida a Isabel Pantoja, cuando esta inició su romance con Francisco Rivera "Paquirri", presunto novio de Lolita González - hija de mayor de Lola Flores y el cantante, compositor y guitarrista, Antonio González - considerado como uno de los padres de la rumba catalana -.

 Zascandil no cree en las maldiciones; pero, cuando filosofea, suele decir: "haberlas, haylas". También menciona a su tía Antonia, mujer de rompe y rasga, que solía decir - respecto a las maldiciones -: "eran como las procesiones". Que los "males" iban uno, delante de otro, para todo el mundo. Y que, en este mundo, a quién mejor le va, le toca llorar".

 Sin embargo, lo último que ha ocurrido en la vida de Isabel Pantoja - el embarazo de su hija, recién entrada en la mayoría de edad - ha hecho que, los medios de comunicación de España hayan vuelto a prestar atención a la vida privada de la tonadillera y su familia.

 La artista ha emitido un comunicado, en el que deja patente la alegría de la llegada de un nuevo miembro a la familia. El nacimiento de un bebé siempre es una alegría. Sin embargo, por como la tonadillera ha criado a sus hijos; y, especialmente, como ha protegido a su hija, no sería nada extraño que, para ella haya sido un gran golpe, emocional.

 En la sociedad gitana, la virginidad de la mujer hasta el matrimonio, es de Ley. De hecho, en la hemerotecas hay pruebas de que, cuando Pantoja se casa con Rivera, en las crónicas se mencionaba de manera especial, que la novia iba "virgen" al altar. Incluso, hubo quien hizo chanzas sobre el "no" conocimiento de hombre de la tonadillera.

 Y, si las maldiciones no existen, a tenor del discurrir de la vida de la cantante, se podría asumir la frase de una periodista televisiva: "Si Isabel Pantoja pusiera un circo, le crecerían los enanos". Las nueve palabras resumen la biografía de una señora que, desde que se casa con Paquirri, cada cierto tiempo es protagonista de noticias, que no destacan precisamente por su bonanza.

 En su día, tuve la oportunidad de entrevistar, a Lola Flores, en Roda de Bará. Participaba, en un festival veraniego, que organizaba Luis del Olmo. Le pregunté por la supuesta "maldición" a Isabel Pantoja.

 Lola Flores aquella noche estaba bellísima. Vestía un traje de faralaes amarillo, que resaltaba su bronceado veraniego y su cabello y ojos negros, que brillaban bajo la inmensa luna del mes de agosto. No me respondió. Estaba sentada delante de un espejo de cuerpo entero. Me miró de arriba abajo, giró su cuerpo a la derecha, y cogiendo un cepillo de cabello - en silencio - dió por terminada la entrevista.

 Lola Flores quería a sus retoños con locura. En TVE hay un reportaje, que le hacen en su casa; muestra a Lolita con nueve o diez años, Antonio unos pocos más y Rosario podría tener tres o cuatro. Sentada en un sillón, con sus hijos alrededor, hizo el diagnóstico de como sería la vida artística de sus hijos. A la vista de lo sucedido, solo se equivocó, en la pronta desaparición de Antonio Jr. La trayectoria artísticas de sus hijas han ido tal y como ella pronosticó.

 Descanse en paz, la gran Lola.

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